Certera confusión...

Directo desde la deidad vacía submoderna, fomento químico de ideas y tabla periódica de lamentos, víctimas de la historia bastarda de nuestros ancestros, biología humana en policloruro de vinilo, prozac político buscando mitigar nuestra incredulidad. Con ustedes la angustia del sistema social nervioso, está por comenzar:

Homicidio de costa a costa, el ex reportero Vester Lee Flanagan, consternado por su sueño americano lleno de fracasos, asesinó a tiros a reportera y camarógrafo en Roanoke Virginia en plena entrevista televisada, "ojala todos se grabaran así" diría la PGR que investiga el caso Narvarte en México. Y ya que estamos en Tucson, el ídolo de Atlacomulco remueve a diestra y siniestra puestos en su gabinete, su sexenio como fiesta de cumpleaños, se divierten jugando a la silla y al teléfono descompuesto. Por otro lado, en tierras áridas y semidesérticas, sale a la luz pública un caso de red de venta de menores en Sonora, donde señalan 16 implicados entre ellos funcionarios públicos, "Sonora querida" canta Succar kuri desde su celda, dice que le recordamos su niñez en el Líbano. Finalmente, la crisis migratoria mundial desencadena sucesos atróficos: desde los migrantes ahogados en libia, hasta los migrantes muertos en un camión en Austria, contemplando la frontera cerrada entre Colombia Venezuela, hasta finalizar con el grito "lárgate de mi país" al periodista Jorge Ramos... la pirámide poblacional mundial a punto de derrumbarse, Malthus se retuerce en su tumba.

La penitencia por producir mas de lo que consumimos, o consumir mas de lo que tenemos, intensifica nuestra escasez y la obligación moral de deber. Nuestro disturbio ambiental se vuelve un colapso artesanal. Por lo pronto tratemos de burlarnos de nosotros mismos, el nihilismo se apoderará del diván ergonómico. Reiteramos, no existen buenos y malos en los ecosistemas, solo en la concepción eclesiástica, Salud....

                                                                                         ATTE
                                                                                      Hugo César


P.D. El intento nefasto interdisciplinario del autor es producto de su propia contradicción, una disculpa de antemano.